En esta etapa se creía que el autismo era un trastorno emocional. Producido por factores emocionales inadecuados surgidos de la relación de los niños con sus padres. Se utilizaba incluso el término de Autismo provocado. A las madres de estos niños se las denominaba madres nevera (que no eran capaces de crear el apego y el vinculo con su hijo) y a los padre se les denominaba ausentes (se encontraban apartados del proceso de desarrollo de su hijo). Estos niños eran apartados de sus madres y llevados a instituciones, donde la madre no podía visitarlos.
Se creía que estos niños presentaban una inteligencia normal, pero que esta estaba bloqueada por el trauma que les había causado la madre. Por lo tanto si se conseguía desinhibir, desbloquear al niño, su inteligencia sería normal. Esta desinhibición se intentaba conseguir a través de la terapia psiquiátrica dinámica para establecer vínculos emocionales sanos. Era principalmente una terapia basada en el psicoanálisis. Durante esta etapa se desaconsejaba la escolarización ya que se creía que sería contraproducente para el niño.
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